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Cuando ya no hay piernas.....empuja el corazón

Buenos días¡¡

Pasó el gran día y los deberes quedaron hechos,muchos sentimientos abordaron mi cuerpo ese día y está es la crónica de un humilde, pero valiente sufridor.....

Cuando suena el despertador un domingo a las 6 de la mañana y saltas de la cama como un resorte es que sabes perfectamente que ese....va a ser uno de los días que recordarás siempre.



Te has leído,has preguntado mil veces y has probado en otras ocasiones como debes desayunar para una prueba de este tipo,por lo que todo esta planeado y en orden,no hay lugar para fallos o dudas.

A las 7.30 salgo a la calle y compruebo de primera mano lo que ya intuía....llueve,pero es una llovizna leve,lo cual me alegra....pobrecito,aun ni me imagino lo que me espera.

Van pasando las paradas de metro y los vagones se empiezan a llenar de zapatillas de todos los colores,caras de sueño,de ilusión,de pavor y mi cara favorita,la más común.....esa que con la expresión de los ojos y el ceño fruncido solo indica una cosa....¿¿Qué cojones hago yo aquí??



Al salir del metro me encuentro con Borja,otro loco en esta locura de vida que llevamos,chocamos la mano y de camino al ropero empezamos a lanzarnos mutuamente mensajes de autoayuda del tipo...."lo importante es acabar" o "no importa el ritmo,esto es una carrera de fondo",mensajes subliminales que dejan claro que aquí nadie tiene prisa por acabar.

Tras dejar la ropa de abrigo,ya con el equipo de carrera listo nos encaminamos  hacia nuestro cajón de salida,y ahora si,en ese momento empiezas a sentir el calor y el empuje de 30.000 personas dispuestas a poner el tráfico de la capital de España patas arriba por el amor al running.


Empieza la carrera,y al compás de la música nos lanzamos a recorrer las calles de Madrid,ha parado de llover,estamos ilusionados y todo parece que va a discurrir de la mejor manera posible....¿porqué no?...total,soñar es gratis.

Los primeros 10 km pasan volando,recorremos la castellana y llegamos hasta las 4 torres,en ese momento me doy el beneplácito de pensar que aquello va a ser un paseo,arropado por miles de corredores y con mis piernas y cabeza al 100%,es un buen momento y me dejo llevar.

Marcamos un ritmo de 5' el km,y de vez en cuando nos permitimos bajar por debajo de ese umbral,en los tramos más poblados de espectadores me vengo arriba en el ritmo,como si hubiese nacido en alguna aldea africana y mis genes estuviesen creados para esto,por suerte,Borja,más experimentado en este tipo de carreras,me relaja y recuerda lo que queda por delante.




El recorrido es precioso,he pasado mil veces por esas calles,pero la sensación de correr por ellas sin tener que preocuparte de semáforos o viandantes es un placer absoluto.

Km 18......empieza a llover tímidamente,bueno,no pasa nada,no es la primera vez que te mojas,así que sigo a lo mío acusando eso si,que las piernas,aunque en muy buen estado aun,ya no son las del km 10.




Disfrutamos en esos km de la parte más bonita del recorrido...Gran Vía,Callao,Preciados,Puerta del Sol,Calle Mayor y el Palacio Real hacen que los km discurran rápidamente,en mi memoria quedará el maravilloso tramo de la Calle Mayor y Palacio Real,que a persar de los 20km que llevamos encima,logra que corra como si acabase de salir de casa,el cuantioso público,aun con la lluvia que ya cae con mas fuerza,nos alienta y apretando el carril,al más puro estilo subida al Tourmalet nos lleva en volandas hasta el km 21.



Km 26....bajo una lluvia que bien podría haber creado algún guionista de Hollywood,entramos en la Casa de Campo,en ese momento empieza la verdadera carrera,los metros que componen cada Km empiezan a ser una verdadera penitencia,la lluvia nos cala hasta los huesos y a nuestro alrededor empezamos a ver las primera víctimas de este monstruo de 42 km....

Borja y yo sabemos que a partir de ese momento,las piernas deben pasar a un segundo plano y la cabeza y el corazón deben tirar de un cuerpo que protesta cada paso.
Tenemos momentos de bajón,pero el uno al otro nos animamos y alentamos sabiendo que cruzaremos juntos la meta pase lo que pase.



Al salir de la casa de campo y en una subida llega "el muro",el famoso km 30 que tanto miedo y respeto levanta entre los corredores que se enfrentan a esas distancias,como ya voy bastante "pegado" decido tomar el penúltimo gel,dejándome en la recamara solo "la bombita",nombre popular que se da a los geles de rápido efecto usados en los finales de carrera,es mi seguro de vida para acabar esta carrera.

Llueve a mares,intento bromear con compañeros improvisados que voy encontrando en la carrera,pero mi gesto desencajado refleja la realidad del castigo que me estoy auto-infligiendo.

Dejamos atrás el Vicente Calderón y en el Paseo Imperia llega mi primer bajón....las piernas me fallan y decido bajar el ritmo,casi "al paso del cachorro",Borja se gira,pero le indicó que tire y que no se preocupe....no lo hará,sin soltar una palabra entiendo con su mirada el "la meta la cruzamos juntos",así que aprieto dientes y sacando fuerzas subo un poco el ritmo.



Si la cara es el espejo del alma,los km que discurren desde Atocha a Colon debieron ponerme una careta negra....no puedo mas,llevo toda la ropa empapada,y las piernas hace tiempo que abandonaron esta misión,pero sigo corriendo....ya esta cerca....ya está cerca....

Por fin entramos en El Retiro,ese ultimo Km es una maravilla,ríes,gritas y olvidas que llueve a mares....las piernas no duelen y tu cuerpo vuelve a ser un huracán que puede con todo y así cruzamos la meta,juntos,tal y como siempre habíamos dicho.

Levantó los brazos y mirando al cielo exhalo un grito entre victorioso y aliviado....lo has conseguido....otra vez has cruzado una meta que nadie te obligo a buscar.



Y así,escribes un capítulo más de este libro que te has empeñado en crear,lo que todos deseamos al correr una prueba de estas,es que la meteorología acompañe y disfrutar de cada km del recorrido,pero pensándolo a "toro pasado" este maratón me ha dado exactamente lo que necesitaba,trás los dos Half del año pasado,sentía que mi cuerpo podía con todo,y que mi genética  me permitía afrontar cualquier reto sin problemas.
El sufrimiento del pasado domingo me ha recordado que esto no es ninguna broma,que esto es un camino muy duro,el palo del domingo me ha hecho replantearme mi forma de afrontar los entrenos y el exceso de confianza que estoy tendiendo este año con ellos.

A veces,una bofetada de realidad es la mejor recompensa que la vida te puede dar,el domingo aprendí dos cosas  muy importantes,por un lado, nadie nace preparado para este tipo de pruebas,aun quedan unos meses para el Ironman....pero se acabaron las tonterías y las pérdidas de tiempo,aquí estamos para hacer las cosas bien y si no....mas vale que me dedique a ver la tele y deje de fantasear con completar una prueba de ese nivel.
Y por otro lado,en el deporte,como en la vida,obtendrás la misma cantidad de cosas de las que tu entregues,nadie regala nada y nada se consigue gratuitamente,todo conlleva un esfuerzo y una constancia,elementos fundamentales que te llevaran a cruzar todas las metas que te propongas.